"Usted tiene fibromialgia"

25.08.2022

A ver si esta historia te suena de algo...

"Hoy el reumatólogo por fin, me ha dicho lo que tengo: Se llama fibromialgia y me ha comentado que no me preocupe, que esto no es grave, que es algo para toda la vida y que tendré que aprender a vivir con ello. Me ha recetado unos medicamentos para el dolor y para la depresión. Y aunque yo le he dicho que no tengo depresión, me ha sugerido que visite a un psicólogo. Le he preguntado qué es la fibromialgia y dice que es una enfermedad misteriosa, que no saben muy bien de donde viene, que es crónica y sin solución, y que es la causante no solo de mi dolor y de mi cansancio, sino de todos los demás síntomas que tengo.

Por lo que he comprobado, muchos médicos desconocen la enfermedad y lo que es peor, muchos se niegan a reconocerla. La llaman la enfermedad invisible... Después del peregrinaje desesperante por las consultas de diversos especialistas, hoy ha llegado la temida frase: "Señora, todas las pruebas dan bien. Tiene fibromialgia, pero no se preocupe que de esto no se va a morir."

Tengo que empezar a asumirlo, pero sigo sin entender nada y aún no sé qué es lo que la causa. Parece ser que el esguince cervical del pasado, los traumas de la infancia, incluso mis genes, pueden tener mucho que ver con esta enfermedad...

El ejercicio parece que me sienta bien...hasta que me paro. Luego lo pago con creces y no sé qué hacer. Muchas veces me planteo dejarlo, pero me han insistido en que es fundamental para encontrarme mínimamente bien...

Si esto sigue así, me van a echar del trabajo y a pesar de lo mal que me encuentro, no creo que me den la incapacidad... Lo peor de todo es que en el trabajo e incluso muchas personas de mi entorno, piensan que no quiero trabajar...Empiezo a estar desesperada y no encuentro ninguna salida a mi situación..."

¿Te suena de algo esta historia? Seguro, porque ésta, u otra historia muy parecida, es la tuya ¿verdad? La historia de miles de mujeres, y también, aunque menos, algunos hombres que "padecen" fibromialgia.

Una historia que, con el tiempo, se convierte en una historia interminable, de interminables síntomas, de interminables visitas a médicos y especialistas, de interminables recetas, de interminables pruebas, de interminables intentos de estar mejor. Tan interminable todo, que muchas veces te sientes asfixiada por el cansancio, el dolor y la incomprensión.

Pero esta historia también es la mía: Después de muchos años descolocada y desorientada, un reumatólogo me dijo que tenía fibromialgia. Tenía alguna referencia de la enfermedad por una amiga que la padecía, pero eso no impidió que me sintiera perdida e incomprendida. Por fortuna, hubo un día en que se me encendió una lucecita interna, y me hizo pensar que tenía que hacer algo para salir de ese círculo, de esa ruleta tan desafortunada. Me negaba a que el resto de mi vida dependiera de medicinas y de dar con un especialista que entendiera la enfermedad; ¡ya llevaba muchas consultas y mucha incomprensión a mis espaldas!

Estaba viendo que mi día a día era cada vez peor. Mi dolor y mi cansancio cada vez repercutían más en mi vida, e iba comprobando que también iban apareciendo otros síntomas sin explicación médica. Me sentía frustrada y muy enfadada. Era joven y me cuestionaba si esto era lo que me esperaba en adelante.

Estaba decidida a mejorar en lo posible mi vida y a tomar las riendas. Así que comencé a buscar alternativas que me pudieran ayudar. Y os aseguro que esta ha sido la mejor decisión de mi vida.

Al principio empecé por cambiar la alimentación, ya que además del dolor, del cansancio y de otros síntomas, también sufría problemas digestivos a los que nunca me encontraron ninguna patología. También me tomé más en serio el hacer ejercicio ya que era muy consciente de que unos buenos hábitos alimenticios y el ejercicio son muy importantes a la hora de ayudar al organismo a funcionar mejor. Así que comencé poco a poco a cambiar mi alimentación y a practicar Yoga, (aunque el Yoga no es una práctica simplemente para ejercitar el cuerpo, sino que va más allá, yo en aquel momento, lo utilizaba más como ejercicio).

En general, experimenté un gran cambio y los síntomas mejoraron bastante, pero no lo suficiente, ya que los brotes, el dolor y el cansancio seguían estando.

Yo seguía estudiando e investigando y llego un momento en el que entendí que, para mejorar, solamente con el ejercicio y la alimentación no era suficiente, sabía que tenía que haber algo más. Y en esta búsqueda descubrí que tenía que gestionar mi situación de una manera más integral, más holística. Pero ¿qué significa esto? ¿qué es la Salud Holística?

Salud Holística, es un completo estado de bienestar en todas sus dimensiones: salud física, mental, social, emocional y energética o espiritual. Cada vez hay más estudios que concluyen que para disponer de una salud considerablemente buena, se necesita un enfoque global y que abarque todas las áreas vitales de cada persona.

Comprendí que para seguir mejorando necesitaba atender cada una de estas áreas de mi vida. Entonces comencé a buscar información, a estudiar y a formarme en diferentes áreas: Naturopatía Holística, Alimentación natural, Coaching en gestión emocional y gestión de vida, Yoga, Neurodanza, Reiki, Programación Neurolingüística, Mindfulness... etc.

Hace cuatro años, apareció en mi vida por casualidad, bicheando por internet, la Neurociencia, concretamente un neurólogo muy reconocido en el país, Arturo Goicoechea que lleva muchos años junto con dos fisioterapeutas, su hija Maite Goicoechea y María Jiménez, tratando y haciendo pedagogía del dolor sin explicación médica. Ellos ofrecían respuestas desde la ciencia, concretamente desde la neurología para las causas del dolor crónico, y lo mejor de todo, ofrecían soluciones.

Él es quien ha ido desarrollando lo que se denomina "Educación en Neurociencia del dolor" y lo hace educando y enseñando, desde los avances en neurociencia, qué es el dolor y cómo se produce, de forma que toda esa información lleve a sus pacientes con migraña, lumbalgia crónica, fibromialgia, etc...., a un cambio de creencias con relación al dolor.

Entiendo si piensas que, en muchas ocasiones, la medicación puede ayudarte, y es cierto, pero también estarás de acuerdo conmigo en que esa medicación no va a mejorar tu situación, tan solo te calma el dolor momentáneamente y no siempre, por lo que constantemente vas de nuevo a tu médico para que te la cambie porque ya no te hace efecto (esto sabemos que ocurre la mayoría de las veces).

Por otro lado, estás constantemente jugándotela con los muchos efectos secundarios que sabemos produce la medicación. Y es que está más que demostrado que los tratamientos farmacológicos utilizados hasta ahora, solo disminuyen el dolor momentáneamente.

Así que te invito a que abras tu mente y pruebes otras alternativas. No dejes tu salud y en definitiva tu vida, en manos de unos medicamentos que no están solucionando para nada tu situación. Busca hacer cambios en tus hábitos de vida, incluso en algunas de tus creencias con relación al dolor y a tus síntomas. Cambia de paradigma y toma las riendas de tu salud y de tu vida.