"Hoy no me puedo levantar..." Fibromialgia y ejercicio, ¿enemigos?

17.09.2022

"Hoy no me puedo levantar..." como dice la canción de Mecano ¡Cuántos días, con esta sensación, ¿verdad?! Hoy te hablaré sobre fibromialgia y ejercicio; ¿Son realmente enemigos?...

Cuando hace años tomé la decisión de tomar las riendas de mi salud si quería que mi vida fuera lo más normal posible, me planteé hacer yoga, porque consideraba que el ejercicio es fundamental. Encontré en el yoga una actividad completa ya que coincidía mucho con mi estilo de vida y con mi personalidad.

Me llevó un tiempo entender el funcionamiento de la actividad física en personas con fibromialgia. En aquel tiempo, sufría muy habitualmente episodios de fatiga que me obligaban a tener que parar cualquier actividad que estuviera realizando en ese momento. La sensación era como si de repente se me "acabara la pila". Con esta perspectiva, me resultó muy complicado, como decía, el poder compaginar el yoga con mi situación física ya que además de los dolores y síntomas, mi energía habitualmente se colapsaba.

Había comenzado a llevar una alimentación basada en la correcta combinación de los alimentos y empezaba a notar los cambios; mi estómago dejó de molestar, mis digestiones mejoraron muchísimo y lo más importante, cada día me daba cuenta de que disponía de más energía.

Así que empecé a ir a clases de yoga y la verdad que ahí fue donde pude realmente entender cómo debía de regularme para evitar los brotes tan temidos.

Las primeras clases, eran fantásticas y lo daba todo, pero siempre ocurría que dos o tres días después de esa clase maravillosa, mis dolores empeoraban y no entendía por qué. Tras hablar de mi situación con mi maestra, decidimos hacer una estrategia que consistió básicamente en ir realizando la actividad de menos a más y poco a poco, pero con constancia. Y resultó. Evidentemente de vez en cuando empeoraba, pero cada vez mi dolor era más llevadero y menos incapacitante.

Años más tarde, decidí sacarme la titulación de monitora de Yoga, de la que estoy muy orgullosa, ya que fue un enorme reto con muchos momentos frustrantes, pero con final feliz.

Es importante movernos y no anquilosarnos por el dolor o los síntomas que tengamos ya que nuestro dolor es real, pero no se debe a ninguna causa realmente patológica, porque que no hay trauma físico, ni rotura, ni desgarro. La neurociencia explica perfectamente esto, de lo que te hablaré muy pronto en otra publicación.

Muévete, pasea, camina, estira tu cuerpo, actívate. Si tu dolor te impide hacerlo, si tu situación ni siquiera te permite andar, empieza por un pasito, o dos o tres, lo que en ese momento puedas, muy poco a poco y cuando te sientas cómoda con esa actividad, ve ampliando el tiempo muy paulatinamente.

Si eres de las que en principio pueden andar y moverse, lo mismo, empieza por un paseo de 5 o 10 minutos, para ir ampliándolo poco a poco. Cada persona tiene que ver sus límites.

Es importante no comenzar dándolo todo, te aconsejo que empieces dando un 50% de tu capacidad física. También es importante que ese día que te duele menos y que tienes más energía, no hagas más de lo programado. Te sugiero que continúes tu rutina de ir aumentando poco a poco y hagas lo que te toque en ese día. Si no lo haces así, lo más probable es que después lo pagues y tengas que comenzar de nuevo. De esta forma verás como poco a poco te vas notando capaz de aumentar el ejercicio y te vas a sentir mucho mejor. Por supuesto en los brotes, para y descansa, pero después vuelve a retomar la actividad desde el principio. Te vas a dar cuenta que cada vez te cuesta menos la recuperación.

El tipo de actividad que se recomienda son ejercicios de bajo impacto como caminar, nadar, yoga, pilates, Tai chi... Pero también son importantes los ejercicios de fuerza, comenzando con los llamados ejercicios isométricos que son tensiones (contracciones) de un músculo o grupo de músculos en particular. Durante este tipo de ejercicios, la articulación que participa en el ejercicio no se mueve y ayudan a mantener la fuerza muscular. Un ejercicio isométrico puede ser el adelantar hacia el frente los brazos y presionar las palmas de las manos una con otra.

Más adelante y con el tiempo puede que puedas iniciarte con pesas de poco peso, para que tus músculos recuperen y no se atrofien.

Cuando haces ejercicio, tu cuerpo libera endorfinas, los analgésicos naturales de tu cuerpo, que ayudan a combatir el dolor. Hay una verdad científica cuando los expertos dicen que el ejercicio puede ayudar a tratar los síntomas del dolor. Pero es importante que veas que el tipo de ejercicio, el nivel y el tiempo son importantes.

Haz sólo lo que puedas manejar. Comienza con unos minutos de ejercicio cada día, para después aumentar la duración del tiempo de la actividad, cuando tu cuerpo haya desarrollado fuerza y ​​tolerancia al ejercicio.