Parte 10 - Diferencias entre comer y alimentarse. ¿Tú te alimentas o simplemente comes?

06.09.2023

Si estás siguiendo el PLAN y las pautas que te voy indicando, supongo que tendrás ya, cierto grado de conciencia de tu cuerpo y sabrás más fácilmente mantenerte en un estado de relajación a lo largo del día. Te habrás dado cuenta de que lograr mantener relajado tu cuerpo, te ayuda sin duda alguna, entre otras cosas, a atenuar el dolor.
Estoy segura de que estarás notando ciertos cambios muy beneficiosos para ti. No es lo mismo vivir la fibromialgia desde la inconsciencia y sentirte a su merced, que tomar las riendas y vivir la situación con conciencia y desde el auto-conocimiento. 

Voy a desarrollar un poco más todo esto:

Existe una clara relación entre genética, entorno y estilo de vida.

Tenemos un código genético que heredamos, y es verdad que hay cargas genéticas, que nos hacen ser más propensos a tener unas cosas u otras.

Pero, por otro lado, también sabemos que el entorno influye: No es igual vivir en un país con unas situaciones, que vivir en otro. Tampoco es igual un país con determinada cultura, o con determinados niveles de contaminación, o si vives en un entorno más verde o en una ciudad.

Pero hay un campo, en el que sí podemos ser mucho más activos, y lo mejor de todo es que se relaciona directamente con las demás, es decir que influye directamente en nuestra genética y en nuestro entorno: Y es nuestro estilo de vida.

Por lo tanto, esa es la única área en la que vamos a poder trabajar, si queremos mantener una vida lo más saludable posible, dentro de nuestra situación y de nuestras características.

El estilo de vida no es solamente un tema de salud pública, tiene también una gran importancia en el nivel terapéutico de la enfermedad, y en especial en las patologías crónicas como es el caso de la fibromialgia. La clave está en aprender a cuidarnos, y a tener los mecanismos para que tengamos un equilibrio en todas las áreas de la vida; física, mental, emocional y espiritual o energéticamente, porque esto es lo que va a aumentar nuestra resistencia a la enfermedad. Es decir, debemos cuidar nuestra salud holísticamente. Este es el principal motivo, como ya sabes, por el que estoy semana a semana contigo.

Por otro lado, también debemos tener muchísimo cuidado con la trampa de la autoexigencia, ya que para nosotras es muy fácil caer en esto. La autoexigencia parece ser que forma parte de nuestro perfil psicológico: cuando nos sentimos totalmente responsables de nuestra salud, y vemos que no todo marcha como quisiéramos, podemos llegar a cargar con una mochila inmensa de responsabilidad y entonces nos decimos: "pero si yo llevo una vida sana, si yo soy muy positiva, si yo hago las cosas bien, etc."

En esta trampa, te voy a ser sinceras, caí durante un tiempo, casi al comienzo de mi andadura. Pero afortunadamente, y gracias a un cúmulo de factores y diferentes trabajos personales, fui capaz de darme cuenta, y aprendí que todo tiene un proceso y que todo tiene un tiempo.

Entendí que, hacer las cosas por tener una buena salud, implicaba que buscaba una meta de alguna forma exterior a mí y que solamente iba a depender del número de acciones que tendría que realizar. O sea, que tenía que hacer y hacer cosas para llegar a tener esa buena salud, pero partiendo de esa carencia de salud y sin tener un control directo sobre los resultados. Es decir, solamente buscaba resultados, no un cambio interior real de creencias o hábitos duraderos y que terminaran formando parte de mi personalidad y estilo de vida. Espero que te des cuenta de la diferencia.

Menos mal que me di cuenta de que esa no era la forma, sino que tenía que enfocarme básicamente en el aprendizaje y en la experiencia, para que esos nuevos hábitos y cambios, pudiera integrarlos para dejar atrás esas viejas ideas y creencias sobre mí misma y mis posibilidades que lo único que hacían era boicotear a esa nueva Mertxe que buscaba ser.

Fui muy consciente de que, fluyendo, experimentando, integrando y sobre todo disfrutando cada paso que avanzaba, los resultados tarde o temprano se verían, como así está siendo. Me enfoqué en hacer las cosas de la mejor manera posible, pero sin expectativas ni plazos, que terminaran en frustración, desencanto y desmotivación.

Cuando tomamos la responsabilidad de nuestras vidas, y concretamente de nuestra salud, lo que hacemos es ir llamando a diferentes puertas y ya se irá viendo cuál se abre. Es verdad que cuantas más veces llamemos a una determinada puerta, más probabilidades habrá de que se abra. Pero hay que verlo desde la perspectiva, de que no todo depende de nosotras ni de lo que hagamos. Por eso es fundamental enfocarnos en vivir y experimentar al máximo el camino, y no obsesionarnos con la meta o los resultados.

Como ya te habrás dado cuenta, en mis publicaciones siempre insisto en que debemos partir, al iniciar cualquier acción, desde la ACEPTACIÓN de nuestra situación en concreto. Solo si partimos de ahí, nuestra experiencia va a ir fluyendo tal y como tenga que fluir, sin batallas, ni guerras con lo que nos esté pasando, porque aceptamos nuestra realidad, nuestro momento presente, sea el que sea.

Hoy te invito a que analices estas palabras, para que busques ser lo más sincera contigo misma, e intentes descubrir si, alguna manera te estás autoengañando. Porque a veces confundimos ACEPTACIÓN con RESIGNACIÓN. Considero fundamental que antes de iniciar cualquier cambio, cualquier camino, sepamos en qué punto nos encontramos. La aceptación, nos llevará en algún momento a conseguir resultados, cuando tengan que venir. Pero el otro camino, la resignación, no nos llevará más que a la frustración, al cansancio y a la desesperanza.

No voy a hablarte de genética, pero sí de cómo el estilo de vida puede modificar esa genética. Ni tampoco voy a hablarte del entorno porque no siempre es fácil mudarse de ciudad o de país. En cambio, de lo que sí te quiero hablar es del estilo de vida que es algo accesible para todos: la alimentación, la actividad física y el movimiento, la regulación de tus pensamientos y emociones, el sueño, la motivación... Es decir, de lo que está a nuestro alcance.

De algunas áreas ya hemos estado viendo cosas, pero todavía no nos hemos adentrado, dentro del PLAN, en la alimentación ya que, en mi caso, cuando hace años la fibromialgia empezaba a dar la cara y sentía como el cansancio y el dolor eran cada vez más habituales, también sufría de problemas digestivos a los que los especialistas no encontraron ninguna patología. Quizás a ti te esté pasando también. 

Independientemente de si te pasa o no, tienes que ser muy consciente de la importancia de una buena alimentación, para cualquier persona que pretenda tener una buena salud. De hecho, en mi caso, fue el primer cambio con el que comencé, y que además me ayudó a disponer de mucha más energía para poder continuar adelante. Es fundamental que seamos conscientes de cómo nos alimentamos, y de si lo hacemos de forma que le facilitemos a nuestro organismo, esa energía necesaria para su mejor funcionamiento.

Así que te invito a que a lo largo de esta semana hagas una lista con esos hábitos alimenticios, esos a los que recurres frecuentemente y de los que eres consciente de que no te están beneficiando en tu proceso. Haz una reflexión sobre si te gustaría cambiarlos realmente o al menos poder disponer de cierto control sobre ellos. Tienes que darte cuenta de si, con tus hábitos, te estás alimentando de una manera saludable o si únicamente comes por comer sin importarte si estás facilitándole a tu organismo los nutrientes adecuadamente para su mejor funcionamiento.

La próxima semana te cuento cómo lo puedes hacer.

Hasta la próxima semana!