Parte 16 - ¿Cansada de estar cansada?

11.11.2023

En la publicación anterior, cerramos el ciclo sobre alimentación y detóx, donde te ofrecí diferentes propuestas para que experimentaras y de las que tengo absoluta confianza, ya que son recursos que están en mi vida desde hace años y sé que funcionan y mejoran sin ninguna duda nuestra situación.

Estos hábitos saludables están recomendados para todo el mundo independientemente de si tienen o no fibromialgia, pero para nosotras y nosotros es importantísimo que trabajemos en mejorar nuestros hábitos alimenticios. No todo el mundo es igual, lo importante aquí es que vayas probando y experimentando lo que te favorece más.

Por todo esto quiero recomendarte a una autora-compañera Maribel Ortells y concretamente una publicación: "Recetas del Manual de fibromialgia y otras enfermedades" 

Aquí expone una serie de informaciones relacionadas con la alimentación que estoy segura de que te van a servir de guía. Yo no me complicaría demasiado, simplificar es importante para nosotras/nosotros ya que, en general, solemos ser excesivamente exigentes. Coge lo que te venga bien y experimenta. Si te funciona perfecto, si no, no te desanimes no todos somos iguales ni tenemos las mismas necesidades. Ánimo.

Si tienes problemas para ello o alguna duda, no dudes en escribirme por el Messenger de Facebook e intentaremos ver qué es lo que te está impidiendo esos cambios (pásate por la página de CONTACTO de este blog y desde ahí puedes entrar directamente a mi Facebook). Como te digo, cada historia es única y por lo tanto las necesidades no pueden ser iguales para tod@s. Sabes que, a pesar de ser naturópata y terapeuta holística, en la actualidad no ejerzo como profesional, por lo tanto, mi apoyo es desinteresado y gratuito.

Dicho esto, estas próximas semanas nos vamos a centrar en dos áreas que por lo general suelen ser uno de los talones de Aquiles para nosotr@s; cansancio e insomnio.

Sabemos que un alto porcentaje de personas con fibromialgia también padecen encafalomielitis miálgica (más conocido por fatiga crónica). Sin embargo, muchas personas "padecientes" de fatiga crónica, no tienen fibromialgia.

Voy a comenzar explicándote qué tipos de cansancios existen para que puedas ir identificando dónde te encuentras.

1- Cansancio físico:

Es el resultado de sobreesfuerzos, actividad física prolongada o de alta intensidad. Nosotr@s en general, no podemos realizar muchos sobreesfuerzos puesto que ya sabemos las consecuencias. Sin embargo y lo sabemos por experiencia, en muchas ocasiones los días en los que nos sentimos mejor, podemos caer en el error de aprovechar para hacer muchas de las actividades físicas que normalmente no podemos hacer, pagando durante días las consecuencias.

Pero, tampoco debemos olvidarnos de que el cansancio físico puede venir también por el sedentarismo ya que, debido a nuestra situación, no tenemos recursos internos para llevar a cabo una actividad física adecuada.

Por tanto, solo con esto, ya tienes en tu mano 2 estrategias que pueden ser útiles si es tu caso:

Deberás descansar con más frecuencia si el agotamiento viene por los sobreesfuerzos o la actividad de alta intensidad, o deberás mejorar tu actividad diaria para que tus esfuerzos físicos no generen cansancio tan rápidamente.

2- Cansancio mental:

El cerebro es un gran consumidor de energía. Si tienes una actividad intelectual profesional, creativa o consumidora de recursos intelectuales es probable que sufras cansancio de este tipo.

Mucho más cuando estas actividades son exigentes o te impones la autoexigencia.

También se da en personas con muchas responsabilidades, que tienen que tomar decisiones importantes o que deben conjugar actividad profesional y atender el hogar con muchas cargas.

Las consecuencias del cansancio físico de este tipo pueden ser, una pobre creatividad, falta de atención, dificultad para concentrarse, falta de agilidad mental en determinados momentos y sensación de embotamiento. ¿Te suena verdad?

Es importante que sepas reducir la autoexigencia, que aprendas a priorizar,  saber delegar tareas y hacer breves interrupciones que activen tu cuerpo y cambien la atención a tareas menos importantes cuando sea necesario.

3- Cansancio emocional:

Este tipo de cansancio aparece cuando nos enfrentamos a situaciones adversas que generan emociones negativas intensas.

Las situaciones que pueden generar este tipo de cansancio son múltiples, pero suelen ser más importante entender cómo interpretamos dichas experiencias.

Aparece siempre cuando ignoramos nuestras emociones, o intentamos distraernos para no sentir nuestro interior y se suele manifestar con tristeza, ira, apatía o frustración, acompañando al cansancio.

Para mí fue importantísimo darme cuenta de las emociones que despertaba en mí el padecer fibromialgia; el pasar de estar enfadada, frustrada y peleada con la Vida y conmigo misma, a saber aceptar la situación, para desde ahí comenzar a construir a la persona que quería ser. Logré un cambio de paradigma que desde luego ha sido un antes y un después.

También es común que aparezca cuando tenemos que lidiar con las emociones de otros. Bien porque debemos cuidar de una persona enferma o porque se convive con una persona manipuladora o victimista.

Lo más recomendable para este tipo de cansancio es que te permitas sentir, elaborar y expresar tus emociones. Y por descontado, que aprendas a poner límites y dedicar el tiempo suficiente al autocuidado. De esto te hablaré en próximas publicaciones.

4- Cansancio social:

Es el agotamiento a consecuencia de una exposición social prolongada que rebasa nuestros límites ¡qué te voy a contar! ¿verdad?

Las relaciones sociales consumen grandes recursos mentales.

Es más frecuente en personas más introvertidas y con gran sensibilidad, como es mi caso. Sin embargo, si la exposición social es prolongada, puede darse en cualquier persona.

Recuperarse de este tipo de cansancio suele ser relativamente fácil con tiempo a solas, tranquilidad y silencio.

5- Cansancio espiritual o energético:

Pues sí, esto también existe, aunque te suene raro.

Es un cansancio que hace referencia a la falta de propósito, la sensación de vacío, la falta de dirección o sentido de la vida y de motivación.

Es el cansancio típico de las épocas de la vida donde uno sufre una crisis existencial.

Es ese tipo de cansancio que normalmente nos lleva a realizar los cambios más importantes y radicales de nuestras vidas.

Y bueno… Como ves el cansancio no solo tiene que ver con el dormir bien y con descansar adecuadamente, existen múltiples factores que te pueden llevar a sentirlo.

Si sientes cansancio de nada te va a servir quejarte, preocuparte, enfadarte, aunque sea normal que te pase. 

Como ya sabrás, si estás siguiendo EL PLAN, siempre me gusta dejarte algunas sugerencias, para que practiques y experimentes... ¡hoy no va a ser menos!

Debemos ser más inteligentes y aceptar la situación tal y como es.

Cuando estés cansada, la mejor opción es aceptar ese cansancio y reconocer cuál es tu tipo de cansancio. Así que en base a ese tipo de cansancio adaptar en lo posible tu día para que lo lleves lo mejor posible.

Da igual lo que tengas que hacer, acepta que no será un buen día y que harás lo que puedas.

Me gusta esa idea de dejarme sorprender por el día e ir viendo como transcurre.

Quizás pueda ser que el día decida ser muy amable contigo, nunca se sabe lo que va a pasar…

Debes enfocar tu mente hacia aquello que sea positivo para ti, evitar ponerte más presiones y abrir la mente para que aparezcan nuevas alternativas.

No se puede pretender estar siempre bien.

Quizás debas pedir a los demás que te echen un cable, informándoles de que hoy no tienes un buen día y que necesitas un poco de ayuda.

Prioriza lo que sea importante y lo demás déjalo para otro día que tu nivel de energía sea más alto.

Busca un poco de humor en la situación. Esto ayudará a reducir la importancia que le das al síntoma y la preocupación.

Cuando sientas cansancio, el propósito es evitar al máximo la fricción, la resistencia, la lucha.

Si te das cuenta, esto, solo va a conseguir qué consumas los escasos recursos de los que dispones.

Date algún premio, disfruta con algo que te guste o haz algo que lleves tiempo posponiendo, pero que deseas hacer.

Es fundamental que no eches más leña a la hoguera y que seas más compasiva/o con la situación y contigo.

Y ya por último ¡MEDITA!

La meditación es uno de los descansos conscientes más potentes que tenemos.

Recobra nuestras energías, calma nuestras emociones negativas, reduce la actividad de nuestro sistema nervioso y recupera nuestro centro.

Para mí la meditación es una herramienta fundamental para mi bienestar tanto físico como mental.

Si no estás preparada/o aún para meditar y te cuesta, realiza relajaciones. Aquí en el blog tienes alguna que puedes seguir. Estoy segura de que te van a ayudar con tu energía. Pruébalo y me cuentas...