Parte 5 - Reforzamos conceptos y te pongo tarea…

31.05.2023

Lo prometido es deuda, en la anterior publicación te prometí que íbamos a empezar a poner en práctica herramientas para que puedas ir poco a poco reforzando toda esa información que hemos estado manejando hasta ahora. Vamos a comenzar por repasar lo anterior, ya que es importantísimo que tengas claro el nuevo escenario en el que te vas a mover en adelante…

Para empezar, vamos a aclarar el objetivo de todas estas publicaciones que no es más que quitar o mejorar tu dolor y otros síntomas de sensibilización central.

Sin embargo, me gustaría que todo esto no lo vivieras desde una lucha contra el dolor y demás síntomas. La visión correcta va a ser: 

"Acepto mi dolor, porque es lo que tengo en este momento, y desde ahí voy a hacer todo lo posible para vivirlo de la mejor manera, utilizando herramientas y recursos que se ha demostrado con diferentes estudios científicos que me van a poder ayudar. Sé que cada persona y situación es diferente, por lo que no tengo ni idea de cómo ni cuándo voy a ir viendo los resultados, pero lo que sí sé, es que llegarán si me comprometo lo suficiente y si soy capaz de no poner condiciones ni expectativas. Simplemente lo experimentaré tal y como venga."

También es importante que tengas claro que:

El dolor es producto de nuestras neuronas, que son células encargadas, entre otras cosas, de almacenar y extraer todos los datos, para poder hacer predicciones por medio de la experiencia propia, la observación de la experiencia ajena y por la información que adquirimos de la cultura en la que nos movemos.

Pues bien, con toda esta información, nuestro cerebro va a tomar decisiones que pueden aparecer en nuestra conciencia como reflexiones, sensaciones, emociones o movimiento.

El objetivo de toda esa información no es más que la de predecir situaciones que puedan poner en peligro tu organismo, pudiendo ser una amenaza real o no.

Por ejemplo:

Te has cortado, te has quemado…son amenazas reales y por lo tanto tu cerebro te va a enviar protección en forma de dolor, para que seas consciente y protejas conscientemente la zona. Por lo tanto, ese dolor se considera "dolor útil".

Hace viento sur, hay luna llena, hay humedad… Son dolores por una "preocupación cerebral", pero no hay nada que reparar. Esto sería "dolor no útil", siempre que se haya descartado lesión o enfermedad demostrable que lo justifique.

¿Esto quiere decir que todo eso lo haces tú o que dependa de ti? Rotundamente NO!! 

Esas decisiones las toma tu cerebro en función de toda esa información de la que te he hablado anteriormente, siendo además, estas decisiones: continuas, autónomas e inconscientes. 

Tú solamente tienes constancia de sus efectos, es decir: sientes hambre, tristeza, te arrascas si te pica, tienes diferentes pensamientos…etc…

Y ya para terminar con este repaso, no me voy a cansar de repetírtelo: "Dolor no es igual a daño".

El dolor:

-Es una sensación.

-Es subjetivo.

-Aparece en la conciencia.

-Es una respuesta de protección.

-Pero siempre es real.

El daño:

-Hay destrucción de tejido.

-Es objetivo.

-Existe muerte violenta de células.

-Necesita repararse.

-Pero puede ser real o imaginado por el cerebro.

Bien, pues cuando tu cerebro está enviando constantemente señales de protección, a tu conciencia con dolor y otros síntomas sin explicación médica, se dice que tu sistema nervioso central está sensibilizado.

A continuación, me gustaría que respondieras a este cuestionario, para que puedas tomar conciencia de si tus síntomas pueden ser debidos a una sensibilización central.

Evidentemente antes los especialistas te han tenido que descartar posibles patologías o enfermedades que las justifiquen.

Coge papel y boli y ve anotando con las que te sientas identificada/o:

-No duermo bien.

-Mis piernas se sienten incómodas e inquietas cuando intento dormir por las noches.

-Me siento cansado/a y desanimado /a cuando me levanto por las mañanas.

-Me siento triste o deprimido/a.

-Me canso fácilmente cuando estoy físicamente activo/a.

-Me siento con poca energía.

-Mis músculos están tensos y doloridos.

-Siento dolor en todo mi cuerpo.

-Tengo tensión muscular en mi cuello y hombros.

-Tengo dificultad para concentrarme.

-Tengo dificultad para recordar cosas.

-Necesito ayuda, del tipo que sea, para realizar mis actividades diarias.

-Tengo ataques de pánico.

-Rechino los dientes o aprieto la mandíbula y me duele la mandíbula.

-Tengo problemas de diarrea y/o estreñimiento.

-Soy sensible a la luz brillante.

-Tengo dolores de cabeza.

-Tengo molestias en mi vejiga o sensación de quemazón al orinar.

-Tengo que orinar frecuentemente.

-Tengo problemas en la piel como sequedad, picor o sarpullido.

-Algunos olores, como perfumes, me hacen sentir mareado/a y nauseas.

-Tengo dolor en mi zona pélvica.

-El estrés hace que mis síntomas físicos empeoren.


Si estás diagnosticada/o de fibromialgia, seguro que muchos de estos síntomas te serán familiares y si los médicos han ido descartando otras patologías… pues blanco y en botella compañera/o: Tu cerebro ha entrado en un estado de sensibilización que hace que tus síntomas no tengan justificación médica.

Por lo tanto, el trabajo será el de revertir esa superprotección para volver a niveles normales aprovechándonos de la NEUROPLASTICIDAD, maravillosa característica que tienen nuestros cerebros y de la que ya te he hablado anteriormente.

Por otra parte, también es importante que tomes consciencia de cómo te has relacionado con tu dolor hasta este momento, y de muchas creencias limitantes, que seguro tienes gracias a tu cerebro.

Ten en cuenta que ahora estás abriéndote a un nuevo escenario, en el que se demuestra científicamente que el dolor no es igual a daño y que muchas de estas creencias ya no deberían de ser tan limitantes para ti a partir de ahora.

Así que vuelve a tomar papel y boli y anota las tuyas:

-Me preocupa si el dolor desaparecerá.

-El dolor es muy fuerte y creo que nunca va a mejorar.

-El dolor me supera.

-Tengo miedo a que el dolor aumente.

-Tengo miedo a que el dolor me invalide.

-Deseo que el dolor desaparezca.

-La mayoría del tiempo estoy centrado/a en cuánto me duele.

-Me pregunto si podrá pasarme algo grave.

-No debería hacer cosas que aumenten mi dolor.

-Me quedo en casa la mayor parte del tiempo por mi dolor.

-Cambio de postura frecuentemente para aliviar mi dolor.

-Tengo que caminar más lentamente de lo normal.

-Procuro evitar movimientos en los que he experimentado dolor.

-Tengo miedo a lesionarme si hago ejercicio físico.

-El dolor me indica cuándo debo parar para no lesionarme.

¿Cuántas de estas afirmaciones forman parte de tu realidad actual?

Aquí te dejo trabajito para esta semana hasta la siguiente publicación:

Analiza una a una cada una de las afirmaciones que has anotado, intentando mantener en tu pensamiento la nueva información que has recibido hasta el momento y hazte la siguiente pregunta:

¿Estas afirmaciones realmente tienen sentido sabiendo ya todo lo que sabes actualmente?

Dale vueltas y... seguimos la semana que viene.