Sobre fibromialgia y cometido vital… ¿Estás cumpliendo tu proyecto vital?

02.12.2022

Es comprensible que cuando se vive una situación como la fibromialgia, o cualquier circunstancia no deseada, tengamos que estar de alguna manera buscando un equilibrio en nuestro interior, de forma que no nos dejemos arrastrar por esas circunstancias para poder vivir, o sobrevivir, de la mejor manera posible. Algunas veces podemos y otras, si no disponemos de los recursos y las herramientas necesarias, las circunstancias nos pueden.

Hace unos años, y por mi situación como "padeciente" de fibromialgia, me di cuenta de la importancia de atender varias áreas de mi vida si pretendía mejorar mi salud y poder vivir de la mejor manera posible dentro de mis circunstancias. Una de estas áreas que ha sido fundamental, ha sido la gestión vital, es decir, qué hacer en mi vida, para sentirme realizada como persona y como Ser.

Cuando comenzaron los primeros síntomas e iba viendo día a día cómo iban apareciendo cada vez más... que si vértigos, mareos, dolor y cansancio extremos, problemas digestivos, rodillas, cervicales, insomnio, acúfenos, etc... fue muy difícil para mí. Me encontraba fatal y ningún especialista en ese momento me supo explicar lo que me pasaba. Igual soy muy extremista, pero en esos momentos, por expresarlo de alguna forma, me sentí sola y un poco abandonada a mi suerte por el "sistema". Esta era al menos mi sensación.

Quizás, este no haya sido tu caso ni el de muchas compañeras. Es probable que os hayáis podido encontrar con profesionales estupendos, pero te aseguro que esa no ha sido mi realidad. Desde luego que soy consciente de que hay especialistas que se vuelcan y que hacen lo posible por ayudar, pero yo tuve la desgracia de no dar con ninguno, más bien lo contrario.

Entonces fue cuando salió mi lado rebelde y decidí que, a partir de ese momento, pondría todos mis esfuerzos en mejorar y en entender lo que me estaba pasando.

Todo esto me llevó a dedicarme a buscar, investigar y formarme como naturópata y terapeuta holística. No puedo más que estar muy agradecida por esa decisión, ya que hoy puedo asegurar que con muy buenos resultados.

De manera que este es hoy mi propósito de vida, a lo que me dedico en cuerpo y alma y que se ha convertido en mi cometido vital, algo con lo que fluyo y me expreso desde mi interior.

A lo largo de todos estos años, ha habido de todo, caminos equivocados, experiencias frustrantes, pero yo en ningún momento he perdido de vista mi objetivo, ya que eso es lo que me mueve, lo que me mantiene motivada: formarme, entender y sobre todo practicar y experimentar en mí misma lo aprendido.

Hace unos cuatro años, cuando vi que mi mejoría era constatable y perduraba en el tiempo, empecé a notar que mi interior estaba tratando de decirme algo, notaba que sentía una inquietud interna, que poco a poco fui descubriendo; mi guía interno, trataba de decirme que debía compartir toda mi experiencia y formación con compañeras y compañeros que estuvieran padeciendo lo mismo que yo. Con esta sensación también comenzaron los miedos, las inseguridades, los "yo no voy a ser capaz" ... y me convertí en mi mejor auto boicot, (en eso era muy buena, por cierto).

Por un tiempo, aparqué esos pensamientos, y seguí trabajando y formándome, de manera que tapé esa vocecita interna o al menos eso pensaba. Llevaba tiempo practicando Mindfulness y meditación, y me gustaba practicar por el hecho de practicar, simplemente por estar y vivir en el presente desde la aceptación, sensación que te recomiendo.

Pero esa inquietud no desaparecía, por lo que temí que regresaran antiguos estados de ansiedad que sufrí en una época de mi vida y que no estaba dispuesta a que regresaran.

Tras realizar algún que otro trabajo de soltar, aceptar, etc. fui percibiendo que cada vez aparecían más señales que apoyaban la idea de dedicarme a compartir mi formación y experiencia sobre la fibromialgia; mi guía interior, me estaba diciendo que mi cometido vital se ampliaba y que además de continuar formándome y aprendiendo, a partir de ahora también tenía que contarlo y compartirlo.

Y ahora aquí me tienes compañera, haciendo caso a ese guía interior y fluyendo con la vida; o sea cumpliendo mi cometido vital.

Te cuento todo esto, porque es muy importante saber escucharnos y saber cuál es nuestro cometido vital, nuestro proyecto de vida. Solamente, cuando somos conscientes de él y seguimos ese camino que nos apasiona, nos vamos a sentir realizados, independientemente de los resultados, (este es otro tema que abordaré en otra publicación).

Hay personas que son conscientes de ese cometido vital desde siempre y que lo tienen muy claro, pero hay otras, como ha sido mi caso, que las circunstancias de la vida te van llevando hacia él. Si también es tu caso, te invito a que te escuches y lo tengas muy en cuenta.

Cuando estás realizando tu cometido vital, te aseguro que lo experimentas con una energía nueva, diferente...te cansas menos, tienes ideas constantemente, eres más creativa, incluso puede que no sientas apenas dolores o si los tienes, los vivirás de otra manera. Y todo esto es porque estás haciendo lo que has venido a ofrecer.

Para unos puede ser pintar, para otra persona escribir, para otra cuidar niños, o incluso cuidar de su familia, quizás ayudar a los demás o ser albañil...o bailar... puede ser cualquier cosa que cuando la practiques sientas que estás dando lo mejor de ti. Tan solo debemos saber escucharnos y dedicarle tiempo a esa actividad o al menos que forme parte de nuestra vida de alguna manera.

A veces no es necesario hacer una profesión de ello, o sí, a la larga nunca se sabe, la vida misma nos lo va a ir diciendo.

Por lo tanto, tienes que saber escuchar y abrir tu mente y tu corazón. Las pistas, te lo aseguro, están ahí para que las veas y para que las escuches. Y no te hablo de nada mágico, es algo real, tan solo hay que estar dispuestas, dispuestos a escuchar y a ver.

Ahora quiero invitarte, a que durante los próximos días te hagas, a lo largo del día y varias veces, las siguientes preguntas:

¿Estoy realmente viviendo la vida que quiero vivir? ¿Es realmente la fibromialgia la causante de que no haga esa actividad que realmente me apasiona? Y si es así ¿por qué en vez de aspirar a algo grandioso y fuera de mi alcance, empiezo por lo que está en mi mano hoy por hoy? ¿Realmente lo estoy haciendo?

Hazte estas preguntas sin presiones, como un juego y a ver qué pasa...

Y ya por último compañera decirte esta frase que forma parte de mi vida desde hace algunos años, espero que te resuene lo mismo que me resuena a mi:

"SIEMPRE HAY ALGO QUE PODEMOS HACER, SIEMPRE HAY ALGO QUE PODEMOS CAMBIAR."