Parte 4 - Tu cerebro: tu ordenador portátil

25.05.2023

En conversaciones que mantengo con compañeras, es muy habitual que me cuenten lo largo y frustrante que era ir de especialista en especialista, la mayoría durante muchos años, sin que ninguno les supiera decir qué les pasaba. También nos encontrábamos con insinuaciones enfocadas a justificar los múltiples síntomas, diciéndonos que lo que estábamos era estresadas o deprimidas y nos indicaban la conveniencia de visitar a un psicólogo, y ahí se queda el tema. Es decir, concluían que era un tema psicológico. Esto era lo más habitual…

Afortunadamente esto está cambiando y ya muchos profesionales, se toman la molestia de actualizar su información y entienden lo que realmente nos pasa: nuestro sistema central funciona como si estuviese en constante peligro y nuestro cerebro envía órdenes de protección con dolor y síntomas para proteger nuestro organismo.

Como verás, siempre repito esto en casi todas mis publicaciones y casi seguro que lo seguiré haciendo aunque os pueda resultar pesada, pero está comprobado que es muy importante para nosotras conocer qué nos está pasando. De hecho, existen múltiples estudios al respecto que concluyen que el conocer lo que nos pasa, ya de por sí es terapéutico porque nos abre nuevos paradigmas que sin duda van a mejorar nuestra situación.

Por eso hoy quiero volver a explicarte, un poco más en profundidad, cómo funciona nuestro cerebro y cómo la neurociencia confirma efectivamente que nuestro dolor no está en nuestra mente, ni es psicológico. En próximas publicaciones ya entraremos en herramientas más prácticas, pero insisto que para que esto funcione, necesitas darle información actualizada y con bases científicas a tu cerebro. De esta forma, se podrán ir produciendo cambios en sus mapas mentales creando otros que le saquen de su error evaluativo de peligro injustificado.

Existen diferentes razones biológicas para que a veces tengamos malestar físico o psicológico sin que haya una enfermedad. La fibromialgia sería la forma en que nuestro organismo está gestionando determinadas respuestas que no son las correctas, es decir, nuestro cuerpo gestiona mal los recursos de supervivencia y los utiliza sin justificación. Pero el caso es que los síntomas están ahí, son reales y si no que nos lo digan a nosotras. Lo único que sabemos es que sentimos cosas como; dolor, mareo, cansancio, estados de ánimo, emociones, ideas en rumiación… Lo cierto de todo esto es que todos esos síntomas aparecen porque en nuestro cerebro se están produciendo unas conexiones (mapas mentales), que provienen por determinadas informaciones y valores (datos) creados en nuestro subconsciente, que hacen que el organismo tenga todos esos síntomas.

Me explico:

Al igual que los ordenadores, nuestro cerebro necesita datos a la hora de tomar las decisiones. Y en función a esos datos su respuesta podrá ser de una manera u otra.

Un ordenador tiene su propio sistema desde donde le entra información, donde se acumula y procesa. El diálogo entre el ordenador y nosotros (el usuario), sería la pantalla, que en nuestro caso sería la conciencia. Es por medio de la conciencia o de esa pantalla, que podemos tener una visión de qué es lo que el ordenador nos está sugiriendo en relación a lo que nosotros le hemos indicado por medio del teclado, en este caso el teclado sería la capacidad que nosotros tenemos de decidir lo que pedimos al ordenador que nos busque. El ordenador va a evaluar lo que le tecleemos, pero su respuesta va a depender de toda esa información que él ya tiene en su sistema, siendo él al final el que va a plasmar en la pantalla, nuestra conciencia, su respuesta.

Todo esto como veis es un proceso totalmente inconsciente para nosotros, para el usuario.

Nuestro organismo, da respuesta a determinada información que ha ido recibiendo desde incluso antes de nacer en el vientre materno. Cuando nacemos, nuestros órganos y sistemas en general, conocen su función, es decir el hígado, los pulmones etc., vienen al mundo sabiendo funcionar. Sin embargo, hay una parte del organismo, concretamente el sistema inmune, cuyo cometido es defender al organismo, que no nace sabido, no tiene una lista completa de lo que puede ser amenazante. Por lo que tiene que aprender a ir tomando la medida de los peligros que se puedan ir presentando. Es por esto que necesita un período de aprendizaje.

En ese período es fácil que aparezcan errores, ya que como decíamos el sistema inmune no viene sabiendo, es decir que necesita unas experiencias de peligro para ir construyendo esa lista de amenazas las cuales le van a servir de referencia para posteriores experiencias y así al menos intuir qué respuesta debe de dar ante determinado estímulo.

Todas estas experiencias, han ido dando lugar a numerosa información que se va a ir creando y desarrollando de un modo inconsciente, en las que también incluye experiencias acumuladas a lo largo de nuestra vida, e incluso también, por informaciones de los propios médicos, cuando hemos ido a su consulta. Entonces nuestro organismo la ha ido procesando y guardando, de una manera como decía, completamente inconsciente para nosotros.

Pues bien, esto mismo pasa en ocasiones cuando el sistema de nuestro organismo nos hace conscientes de síntomas, sin explicación médica, porque de alguna manera "ha decidido", que nuestra integridad puede estar corriendo algún riesgo y nos hace ser conscientes de ello mediante los síntomas. Es decir, estamos ante un error evaluativo de nuestro organismo.

Pero ¿de dónde obtiene esa información? Pues de dos sitios:

-Unas neuronas especializadas en la detección de daño ya producido o que pueda prever que se vaya a producir en los tejidos, los nociceptores, que aportan, por tanto, información del estado de los tejidos. Pero también existen muchas situaciones de daño potencial que las neuronas del dolor, los nociceptores no son capaces de detectar. Entonces ¿De dónde saca el cerebro el resto de los datos para determinar si envía una orden de dolor o no?

-Del aprendizaje. Y me dirás, ¿cómo del aprendizaje? ¿cómo va a depender mi dolor, de lo que yo aprenda o sepa? A ver, lo explico: Existen tres formas de aprendizaje por el cual el cerebro va creando diferentes respuestas y diferentes mapas mentales, por decirlo de alguna manera:

1. Aprendizaje asociativo: el cerebro necesita información de lo que está ocurriendo dentro del organismo, información que es imprescindible para regular todas las funciones que se llevan a cabo en el mundo interno y que permiten la vida, y que la obtiene a través del sistema neuro-inmune-endocrino. El cerebro aprende a asociar esas informaciones de posible dolor con otros estímulos, con otras sensaciones, de manera que termina creando mapas mentales, que una vez que los aprende, ya cualquier estímulo sensorial va a generar dolor sin que necesariamente exista información de daño por parte de las neuronas del dolor, porque realmente no existe daño, pero el cerebro ya ha asociado determinados estímulos con dolor y por lo tanto va a generar dolor.

2. Aprendizaje por observación: el cerebro necesita obtener información del entorno que le advierta de los agentes externos que pudieran poner en peligro nuestra supervivencia. Los sentidos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) cumplen esta misión. Desde el mismo momento en que el ser humano nace, explora el mundo que lo rodea a través de los sentidos. Esta exploración es fundamental para llevar a cabo el aprendizaje de aquellas conductas que son beneficiosas o para descartar las que no lo son. En este aprendizaje entran en funcionamiento las neuronas espejo, que podrían definirse simplificando, como las neuronas de la imitación. Las neuronas espejo son la base de la imitación, el aprendizaje, la empatía y de la socialización.

Atenta a lo siguiente: Imaginar una acción, anticipar sus efectos, verla ejecutar a otra persona o realizarla nosotros mismos, está comprobado que va a activar exactamente las mismas áreas del cerebro. Hablamos también del proceso de aprendizaje evaluativo defensivo. El dolor se aprende. Hay estudios que han comprobado que ante la visión simplemente de situaciones que provocan dolor, las zonas del cerebro relacionadas con el dolor, se activan.

3. Aprendizaje cultural: También se han hecho estudios en los que se demuestra el papel de la cultura en el dolor. Nuestro cerebro está programado para absorber ávidamente los contenidos de la cultura con la que topa. Esa cultura determinará en gran medida lo que cada uno es, lo que piensa y la forma en que afronta los distintos retos que la vida le pone por delante. Por medio de este aprendizaje se crean las memorias del dolor, las creencias, expectativas, significados, contextos, miedos… que influirán en la decisión final que tome el cerebro.

Cada experiencia origina un ESQUEMA, que va a vincular cómo se encuentra nuestro cuerpo, qué sensaciones tiene, que pensamientos, etc… Estos esquemas se almacenan en la memoria y se pueden activar posteriormente cuando imaginemos y recordemos experiencias pasadas, haciendo que sintamos y pensemos exactamente igual que cuando ocurrió la experiencia pasada, muchas veces sin que seamos conscientes de ello.

Por otra parte también, cuando no tiene la suficiente información, el cerebro rellena los vacíos y se imagina la realidad. Todo con tal de cumplir con su función fundamental que es la de la supervivencia, la supervivencia del organismo que de alguna manera gobierna.

El cerebro procesa la información del presente, pasado y futuro y en base a ello hace predicciones de peligrosidad. El cerebro es un órgano predictivo probabilístico. Igual que los ordenadores.

Entonces, teniendo en cuenta que el cerebro, para tomar la decisión de si generar dolor o no, considera la información aportada por el sistema nociceptivo, es decir el sistema de detección del dolor, y el aprendizaje relacionado con las experiencias de dolor, ¿qué se debe hacer para tratar el dolor?

En primer lugar, si hay daño, habrá que utilizar todos los recursos disponibles para tratarlo, evidentemente. Pero si no hay daño, no hay nada físico que justifique el dolor, como ocurre en la mayoría de los procesos de dolor crónico, habrá que recurrir a la educación, a la información, con el objetivo de cambiar creencias, expectativas, significados y disminuir el miedo.

-RESUMIENDO-

El cerebro evalúa los estímulos que recibe en función de sus memorias, experiencias propias y ajenas, de sus creencias, del aprendizaje, de la información de expertos, de la cultura, de sus pensamientos, del contexto, de la información que le llega por nuestros sentidos, de las emociones que se activan, de la atención, del grado de percepción de amenaza, del significado que se le atribuye, expectativas, de la anticipación de futuro. Por lo que el dolor depende de la valoración de peligro por el cerebro, no del peligro en que realmente te encuentras. Después, con toda la información con la que cuenta, el cerebro decide si lo pasa a nuestra conciencia o no. Si su "decisión" es que sí, es cuando nosotros realmente sentimos dolor y otros síntomas.

Ya sé que repito mucho esta afirmación, pero es importante que la interiorices para que tus creencias limitantes, procedentes de tu cerebro y sus mapas mentales, poco a poco se puedan ir modificando. Entender esto es muy importante para tu proceso terapéutico: los avances de la neurociencia están confirmando que la fibromialgia no se trata de una enfermedad misteriosa, mental o psicológica, sino que se trata de un estado de "alerta permanente y mantenida" de nuestro cerebro.

En la siguiente publicación, pasaremos de la teoría a la práctica. Pero es muy importante que antes tengas interiorizados todos estos conceptos y que leas y releas toda la información que te he ido aportando. De esta forma vas a poder conseguir que tu cerebro sea capaz de darse cuenta de que existe otra forma de proceder; es posible sacarle de su error y eso es lo que vamos a hacer si vas siguiendo las pautas que te iré proponiendo en adelante…

Esto no es magia, ni tampoco fácil ni rápido, pero te garantizo que está demostrado que en un porcentaje alto funciona o al menos mejora sintomatología. Doy fe!

Y ya para terminar y si tienes un momento, te recomiendo este vídeo de YouTube, que dura solamente 6 minutos y que explica claramente cómo nuestro, tu cerebro, te engaña.

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https://www.youtube.com/watch?v=P8H2Lyerqgg